Colosenses

Colosenses 3:1-4: “Caminando y reflejando nuestra vida resucitada”


Colosenses:

“La invencible suficiencia de sólo Cristo”

Colosenses 3:1-4: “Caminando  y reflejando nuestra vida resucitada”

Continuaremos nuestro estudio de hoy  de la carta que Pablo escribió a la iglesia de Colosenses, y comenzaremos el Capítulo, específicamente estaremos en los versículos 1-4. Pero ya que ESTAMOS comenzando un nuevo capítulo y debido a que Pablo va a cambiar de dirección ahora, regresemos y dediquemos un tiempo a pensar en cómo llegamos aquí. 

Entonces, volviendo al comienzo de esta carta, en el momento en que la escribió, Pablo estaba encarcelado en Roma. Está en la peor y más infame prisión de toda la ciudad. Es un lugar horrible: enfermo, infestado de ratas, aguas residuales y desechos por todas partes, encerrado con lo peor de lo peor en cuanto a delincuentes se refiere, muy poca luz, sólo aire viciado para respirar, más caliente de lo que puedas imaginar, encadenado y tendido en piedra día tras día, y esperando ejecución. Y lo visita un hombre llamado Epafras, quien supervisa la iglesia en Colosas, que estaba relativamente cerca de Éfeso. 

Y Epahras explica lo que ha estado sucediendo con los creyentes allí, cómo han crecido, cómo han mostrado su amor unos por otros y cuánta obra ha hecho el Señor en ellos. 

Y luego le cuenta a Pablo el motivo de su visita, que varios falsos maestros se abrieron paso en la iglesia y estaban enseñando cosas que amenazaban con deshacer toda la gran obra que se había hecho en la vida de estas personas a través de Cristo, y  aunque había una serie de cuestiones importantes que debían abordarse, en el centro de esta falsa enseñanza estaban estos ataques tanto a la Deidad de Cristo como a Su completa suficiencia en la salvación. Y los argumentos que estos falsos maestros presentaban no sólo eran persuasivos, hasta el punto que los creyentes en Colosas estaban todos retorcidos y confundidos acerca de QUÉ creer, y el evangelio pendía de un hilo y era necesario abordarlo y Epafras necesitaba ayuda desesperadamente y la encontró en Pablo. 

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Bendiciones, les ha hablado Altagracia Peralta Daly traduciendo al Pastor William Daly de la Iglesia Bitterroot Valley Calvary Chapel, localizada en Hamilton, Montana, Estados Unidos.

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